LA NATA PERFECTA

Buenos días!!! arrancamos semana y de la forma más dulce, para empezar con buen sabor de boca...

¿No os ha pasado alguna vez que al ir a montar nata se os ha cortado o no ha subido lo suficiente? que levante la mano al que no le haya pasado nunca!! 

Hoy os traigo unos consejos para que montar la nata sea cuestión de niños...

• La grasa: Para que una nata monte, es decir, que cambie su estado de liquido a sólido, es fundamental que tenga un porcentaje de materia grasa mínimo del 32% aunque lo ideal es que tenga entre un 38% o un 40%. La nata para cocinar suele tener un 18% de grasa, es más ligera que la de postres.

• La temperatura: Es un factor fundamental a la hora de montar nata... TODO (tanto la nata como los utensilios) debe estar frío. Si la grasa de la nata que vamos a montar se calienta será imposible que suba... por eso es recomendable meter en el frigorífico las varillas y el vaso para batir antes de preparar la nata (si no lo hemos hecho con antelación lo podemos meter media hora antes al congelador).

• Los utensilios: Como mayor volumen conseguimos es montando la nata a mano con ayuda de unas varillas... pero también es un trabajo duro y siendo realista lo que más nos interesa, es ganar en tiempo y esfuerzo, así que lo haremos con una batidora eléctrica o con un robot de cocina. Ojo! es mucho más rápido pero también se corta la nata con mayor facilidad!! La nata monta en apenas 3 o 4 minutos, se ve una crema firme y con brillo, si nos pasamos dará lugar a mantequilla dulce por un lado y suero lácteo por otro... TRUCO: si eliminamos el suero la mantequilla casera que resulta está riquísima para utilizar en tostadas.

• El azúcar:  El  azúcar se incorpora una vez que está casi montada, añade un poco de azúcar (no más de dos cucharadas a la vez), sigue batiendo y después el resto del azúcar.

TRUCO: si vas a utilizar la nata para rellenar un rosco o un bizcocho o simplemente quieres que se conserve un par de días en la nevera sin que pierda volumen, puedes añadir gelatina neutra en polvo. Puedes usar entre un cuarto y medio sobre por cada 250 ml, dependiendo de la consistencia que quieras conseguir. Pon la gelatina en un recipiente con un poco de agua que la cubra y calienta según las instrucciones del sobre. Añádela a la nata a la vez que el azúcar: